Compostela: caminar por la Grande Lande

Compostela: caminar por la Grande Lande

Una travesía de las Landas que fue una desventura

Entre Burdeos y Mont-de-Marsan, atravesando las Landas: “Si atravesáis las Landas, tened cuidado de protegeros la cara de las enormes moscas que allí abundan especialmente. (…) ; y si no miras atentamente tus pies, te hundirás hasta las rodillas en la arena del mar. » Éste, según Aymeri Picaud, es el destino prometido, en el siglo XII.mi siglo, a los peregrinos que imprudentemente se embarcaron en este “País desolado, donde nos falta de todo”O “los pueblos son raros”O “todo es plano”. Imagen negra! Y eso sin contar las hordas de bandoleros que rondaban esta región casi desértica de tierras pobres de brezos y aulagas.

El bosque más grande de Europa ofrece un gran soplo de verde

Hoy, tanto para el peregrino como para el caminante, es un placer. Las cosas han cambiado: cruzar las Landas ya no es una aventura arriesgada. Ofrece a los amantes de la naturaleza un soplo de aire fresco. Poco después de Cayac, la carretera se adentra en el verdor que cubría esta región anteriormente inhóspita durante el Segundo Imperio. Napoleón III libró una auténtica batalla contra este desierto arenoso, contra el agua y el viento. A caballo entre tres departamentos (Landas, Gironda, Lot y Garona), la superficie actual del bosque de las Landas se estima en alrededor de un millón de hectáreas, compuestas casi exclusivamente de pinos marítimos: ¡es el bosque más grande de Europa! Hoy se respira una rara serenidad entre estos millones de pinos. El sol se cuela entre estos árboles delicadamente podados. Bajo tus pies, escucha el crujido de la suave alfombra de agujas…

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En este bosque de páramo nacido del deseo de Napoleón III de formalizar una zona insalubre, el caminante sigue un sendero bordeado de pinos. ¡Tenga cuidado de no dejarse hipnotizar por la regularidad vertical de estos millones de barriles, para no perder ningún cruce!

Iglesias escondidas entre los pinos

En medio del bosque, la iglesia de Saint-Michel-du-Vieux-Lugo, construida en la margen izquierda del Leyre, se encontraba en el centro del antiguo pueblo de Lugos, abandonado por la población en el siglo XIX.mi siglo. En los años 50, el párroco descubrió allí pinturas murales que datan de finales del siglo XV.mi siglo, relacionado con la peregrinación. Luego verá, perdida entre los pinos, la armoniosa y pequeña iglesia de Saint-Jacques de Labouheyre, que se abre con un sorprendente pórtico renacentista, donde los rostros de los jacquets aparecen sobre un fondo de conchas y flores de lis. Pronto, las Landas dan paso a valles y colinas redondeadas, anunciando el País Vasco, la siguiente etapa del Vía Turonensis.

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