Saumur: un escenario iluminado
Elegancia en el Loira. Encaramado sobre sus murallas abaluartadas (una parte norte de la cual se derrumbó sobre el río en abril de 2001), el aspecto del castillo se debe a numerosas remodelaciones que lo han transformado incluso en una prisión. Allí se encierra a los prisioneros religiosos, luego a los prisioneros de guerra y, finalmente, a los que alteran las buenas costumbres. Entre estos últimos, el marqués de Sade, en abril de 1768, y el capitán de marina Yves-Joseph de Kerguelen, en 1774. El aspecto actual del castillo de Saumur se debe al arquitecto jefe Lucien Magne, que lo restauró a partir de 1902, tras su compra al Estado por parte de la ciudad.
Orilla derecha, calle Duplessis-Mornay que sube al castillo donde residió el gobernador Saumur (1549-1623) y amigo de Enrique IV.
Estrechamente vinculado a los duques de Anjou, el castillo fue abandonado tras la desaparición del rey René, que murió sin heredero en 1480. Debe su renacimiento, en 1589, a Philippe Duplessis-Mornay – el “papa de los hugonotes” – el gobernador de la ciudad que nos transporta al “siglo de oro” de Saumur, un lugar seguro protestante. Gran estudioso – dominaba el latín, el griego, el hebreo, etc. – Duplessis-Mornay creó en 1599 la academia protestante de Saumur. Una academia reconocida en toda Europa que se destacaría por su influencia intelectual, su espíritu de moderación y su ecumenismo en estos tiempos complicados.
En el centro, el reino de los peatones, no nos cansamos nunca de Arquitectura de piedra y casas medievales alrededor y en la plaza Saint-Pierre.