Paseos por los jardines colgantes de Marqueyssac

Paseos por los jardines colgantes de Marqueyssac

El jardín y su historia.

Como un inmenso transatlántico cubierto de vegetación varado en Dordoña, el sitio de Marqueyssac se encuentra en el corazón de un paisaje que mezcla acentos mediterráneos y brisas atlánticas. La losa de piedra caliza de color amarillo dorado sobre la que se asienta el jardín confiere al lugar una hidrología particular que se refleja en la vegetación que lo recubre: la vertiente sur está poblada de encinas, arces de Montpellier y madroños típicos de la región mediterránea y notablemente adaptados a la sequía. .

Jardín

La vertiente norte, más húmeda, está colonizada por carpes, arces y robles. Pero la marca única de este lugar, que le da un toque redondo y romántico, son los miles de bojes –se calcula que hay 150.000–, la mayoría plantados en el siglo XIX.mi siglo y que constituyen el hilo conductor del camino.

Jardín

Esta obra de Romain se la debemos a un heredero del lugar en 1861, Julien de Cerval. Apasionado de los jardines, dedicó los últimos treinta años de su vida a embellecer este espolón de 800 metros de longitud (entre el castillo y el mirador) por el que se extienden senderos a lo largo de nada menos que 6 kilómetros.

El encanto de los complejos turísticos aristocráticos.

Construido en un extremo del espolón, más una residencia que un castillo, el edificio de finales del siglo XVIIImi Siglo, revestido de pizarra, tiene dos lados contrastantes. Si el exterior, más austero, está flanqueado por una torre que alberga la monumental escalera, el interior, en el lado del jardín de recreo, es más íntimo y recuerda los elegantes Chartreuses de esta región.

Jardinero

Marqueyssac es el más reciente de los castillos que se pueden descubrir desde los diferentes puntos de vista del lugar gracias a los prismáticos puestos a disposición de los visitantes. En un radio de 10 kilómetros, otras tres construcciones (Beynac, Fayrac y Castelnaud) forman con él el cuadrilátero más famoso del valle del Dordoña.

Escalada y castillo

Desde el castillo se puede comenzar el paseo. Hay tantas posibilidades como visitantes pueden seguir uno de los tres ejes principales (promenade des Falaises, promenade des Hauteurs y Grande Allée) y perderse por los numerosos pequeños senderos que se desvían de ellos, los conectan y dan acceso al varios miradores y sus vistas del campo y del río. Los curiosos de la historia y de la naturaleza pueden detenerse a leer los mensajes que cuentan la historia de Dordoña, la vida de sus habitantes o detallan la fauna y la flora.

Marqueyssac de noche

El paseo puede prolongarse durante media jornada entera, y los más deportistas y menos propensos al vértigo podrán lanzarse con total seguridad a afrontar la vía ferrata y sus vertiginosos acantilados o experimentar la emoción de escalar por un sendero bien señalizado. Ruta y supervisada por monitores.

Arbustos

Para otros, un gran laberinto de boj ofrece sus sinuosos laberintos en los que los niños se pierden -para lo que se han habilitado dos zonas de juego-, mientras que es agradable disfrutar de la tranquilidad de una terraza para tomar una copa bajo un cenador, un momento que, Hay que admitirlo, es parte integral del gozo de la visita.

El arte topiario, un gran desafío

Los orígenes del arte topiario se encuentran en la antigua Grecia y Roma. Plinio el Viejo, en su Historia Natural (siglo I d.C.), hace referencia a los topiaros (mitad jardineros, mitad escultores) que embellecían los jardines de la villa con esculturas vegetales (tejo, laurel, ciprés).

Foto nocturna

En la Edad Media, fueron los monjes quienes adoptaron esta técnica de talla específica… y quienes salvaron este arte de su desaparición. Durante el Renacimiento, los italianos quedaron fascinados por el topiario, que los diseñadores de jardines utilizaban como verdaderas estatuas ornamentales o como tabiques de laberintos.

Jardinero

Con la llegada del jardín francés a finales del siglo XVII y especialmente en el siglo XVIII, los bojes tenían la particularidad de estar en parterres. Los ejemplos más demostrativos siguen siendo los “encajes” de André Le Nôtre en Versalles, Vaux-le-Vicomte o Chantilly. En Marqueyssac, los jardines colgantes ofrecen esculturas de boj de entre 110 y 140 años. Dos veces al año podan con tijeras manuales, con la garantía de no dañar los tallos jóvenes.

Marqueyssac: un lugar ideal para buscar huevos de Pascua

montaje_marqueyssac_paques.jpg

Toda la información sobre la Semana Santa en Marqueyssac aquí

Descubra también: Los jardines más bonitos para visitar de noche

Publicaciones Similares