Lerins: islas con sabor a paraíso

Lerins: islas con sabor a paraíso

La isla Sainte-Marguerite, el jardín junto al mar

¿Cómo llegar desde Cannes?

Desde la Croisette, el barco se dirige hacia la torre Batéguier, anunciando la llegada. Santa Margarita Parece una gran piedra cubierta de pinos y eucaliptos centenarios que destilan este olor tan característico y apegado a este rincón del Mediterráneo. Con sus tres kilómetros de largo y 800 m de ancho, esta isla es tan grande como un pañuelo de bolsillo. Su “pueblo” y sus pocas casas y galpones tienen un embarcadero. Por el lado de la naturaleza, hay que recorrer el sendero botánico que serpentea entre los montes, alimenta a los animales de la isla (faisanes, conejos, ardillas, erizos, serpientes, etc.) y presenta paneles educativos. En el extremo occidental de la isla, el Punta del Batéguier, donde se esconde una estrecha playa, alberga un embalse inesperado, el estanque de Batéguier: allí retozan despreocupadamente cormoranes, charranes comunes y una bandada de aves marinas. Esta parte de la isla de Sainte-Marguerite es la más adecuada para nadar con sus calas de arena o guijarros.

fuerte real

En cuanto al patrimonio, es el Fuerte Vauban (que utilizaba un edificio construido en el siglo XVII por Richelieu) el que merece una visita. Pueblo dentro del pueblo, este monumento histórico declarado hogar durante su esplendor castillo, prisiones (es allí, se dice, que se encuentra el famoso Máscara de Hierro, supuesto hermano adúltero de Luis XIV o miembro de la alta nobleza que traicionó al Rey Sol), horno, hospitaljardines, cuartelpolvorines, viviendas…

Saint-Honorat, la isla del silencio

Islas Lérins

Separada de su vecina por un canal, la meseta del Medio, la segunda isla del archipiélago de Lérins No se puede abordar sin un profundo deseo de encontrar la paz. A pesar de sus dimensiones liliputienses (1,5 km de largo y 400 m de perímetro), la isla de Saint-Honorat impone inmediatamente calma, incluso cierta contemplación, al visitante que pasa. Actualmente la isla pertenece a una treintena de monjes cistercienses que cultivan un poco más de siete hectáreas, producen unas treinta mil botellas de famosos vinos tintos y blancos y elaboran un néctar dulce (Lérina). Elaborado con 44 plantas con propiedades digestivas, se elabora según una receta mantenida en secreto.

Abadía de Lérins

Abadía de Lérins en la isla de Saint-Honorat.

Los visitantes pueden recorrer libremente la isla y acceder a la iglesia monástica. Pero el monumento más famoso para visitar es elantiguo monasterio fortificado. En el primer nivel hay un pequeño claustro –con un pozo de recogida de agua de lluvia– coronado por una galería y un segundo claustro. El edificio, rico en capiteles esculpidos, salas abovedadas y terrazas, al abrigo de sus matacanes y almenas, ofrece una vista panorámica de la isla y del actual monasterio.

Abadía de Lérins en la isla de Saint-Honorat, archipiélago de Lérins (PACA)

La abadía de Lérins, una escala espiritual

Para rodear la isla (calcula dos horas sin prisas), debes seguir los senderos boscosos del “pasarela” que linda lo más cerca posible con deslumbrantes arrecifes de piedra caliza blanca. No debemos olvidar que pronto llegará el momento de regresar al continente. Aparte de los numerosos navegantes que fondean en alta mar, nadie puede dormir en este pequeño paraíso a menos que haya decidido realizar un verdadero retiro espiritual en la Abadía de Lérins (siempre que lo solicite con al menos dos meses de antelación).

Publicaciones Similares