¿Vacaciones sin multitudes? Descubre estos ocho destinos poco conocidos y sorprendentes
¿Harto de ir de vacaciones y terminar en medio de una marabunta de turistas en busca del selfie perfecto? ¿Sientes que compartir tu hamaca con diez desconocidos en Venecia, Dubái, Lisboa, Nueva York, Costa Rica o Grecia no es precisamente lo tuyo? Buenas noticias: existen rincones menos conocidos y, aún así, sorprendentes, donde disfrutar de playas tranquilas, paisajes que dejan sin aliento y visitas culturales que enriquecen, con la maravillosa ventaja de que la multitud se queda en casa.
Destinos alternativos: la consigna es desconectar (sin peleas por un sitio en la arena)
En la era en que viajar ‘como todo el mundo’ parece casi obligatorio, algunos medios especializados, como el prestigioso GEO y el periódico belga L’Avenir, nos invitan a salirnos del mapa turístico popular y explorar destinos cercanos y lejanos para experimentar la desconexión y la calma… sobre todo en los meses de verano. Aquí tienes ocho ideas de escapadas fuera del radar habitual. Preparados para sorprenderte:
- De Venecia a Treviso: Venecia es famosa por sus canales, su ambiente romántico y su patrimonio arquitectónico… y por estar saturada de turistas. Tanto que ha implantado entradas para los visitantes. Pero a solo unos 40 kilómetros al norte está la hermosa Treviso. Suele ser solo un punto de paso para aquellos que aterrizan camino a Venecia, ¡craso error! Treviso también presume de canales, un centro pintoresco con antiguos palacios e iglesias decoradas con magníficos frescos. Sin estrés y con mucha más tranquilidad, ¿quién da más?
- Omán, el secreto mejor guardado frente a Dubái: Dubái impresiona con sus centros comerciales de lujo, arquitectura ultramoderna y escena nocturna vibrante. ¿Buscas autenticidad? Pon rumbo al Sultanato de Omán, ese puente desconocido entre la India y África. Su geografía combina desiertos, oasis fluviales y una franja costera bañada por el golfo Pérsico, el mar de Arabia o el golfo de Omán. Las tradiciones y paisajes han sido preservados frente a la avalancha turística. Poco visitado aún por viajeros occidentales, regalará maravillas como Wahiba Sands, región de dunas habitadas por beduinos.
- Descubriendo el alma de Portugal en Lagos: Lisboa es ahora un imán turístico que requiere tener codos bien afilados. Para evitar la multitud y conectar con la esencia portuguesa, mejor dirígete hacia el sur, a Lagos, una de las ciudades más sureñas del país. Su litoral rústico te conquista y el calor se suaviza gracias al Atlántico. El interior, además, es ideal para excursiones inspiradoras.
- Dordrecht, la joya holandesa sin prisas: Muy cerca de Róterdam, Dordrecht permite recorrer la ciudad en bicicleta mientras se desvelan sus joyas monumentales. La ciudad más antigua de Países Bajos no tiene nada que envidiarle a Ámsterdam: monasterio Het Hof, la iglesia Grote Kerk o la antigua mansión del banquero Simon van Gijn, actualmente museo. ¡Un verdadero viaje en el tiempo a pedales!
- Albania, el paraíso emergente de los Balcanes: Si antes del fin del régimen comunista en 1991 era uno de los países más cerrados del planeta, hoy Albania mira al turismo… pero sin masificación. Vecina de Grecia, Macedonia, Kosovo y Montenegro, esta joya –del tamaño de Bélgica– ofrece riquezas arqueológicas, costas soleadas y lagos inolvidables. Todo ello a precios muy asequibles. La recomendación: ¡corre antes de que se llene!
- Chicago, el refresco inesperado frente a Nueva York: Nueva York alberga casi tantos turistas como habitantes, lo que en verano puede convertir la búsqueda de un rincón fresco en una misión imposible. Por el contrario, Chicago en esa época es mucho más llevadera. Sus rascacielos son igualmente imponentes, pero menos apiñados, dejando mayor espacio y oxígeno al visitante. El lago Michigan le confiere incluso un aire de ciudad costera para pasear por sus playas o tomar un paseo en barco sin atasco humano.
- Colombia, para quienes buscan algo más que Costa Rica: Aunque colindantes –separados solo por Panamá–, Costa Rica y Colombia son dos mundos turísticos distintos. Colombia es mucho menos saturada, y cada vez más popular entre los viajeros internacionales (aunque no olvidemos que ciertas zonas siguen estando desaconsejadas por las autoridades francesas). Entre sus atractivos: ciudades coloniales, parques arqueológicos, volcanes nevados, grandes llanuras y playas caribeñas de arena rubia. Un destino lleno de promesas para quienes desean desconectar de verdad.
- El sendero de los Ocres en Roussillon (Luberon), Francia: ¿Quieres perderte en paisajes naturales de infarto sin dejar suelo francés? Apunta el sendero de los Ocres en Roussillon, en el Luberon. Estas antiguas canteras al aire libre parecen un pequeño Gran Cañón con sus espectaculares relieves y paleta multicolor que va del amarillo al rojo intenso. Y si te tira el turismo eco-responsable, existe el itinerario ‘Ocres en Bicicleta’, una ruta circular de 51 kilómetros perfecta para ir de cantera en cantera disfrutando del entorno.
Menos turistas, más libertad: la tendencia que necesitas probar
Las alternativas al turismo de masas ya no son una rareza. Cada vez más, el verdadero lujo vacacional está en la autenticidad, el espacio y la posibilidad de sentir el destino… sin codazos. Ya sea pedaleando por Dordrecht, navegando en Chicago, o empapándote de historia en Albania, la calma marca la diferencia.
Conclusión: ¿te atreves a viajar fuera del rebaño?
La próxima vez que pienses en tus vacaciones, pregúntate si realmente quieres ser parte de la marea humana… o prefieres regalarte momentos únicos en lugares donde el relax y el descubrimiento son, de verdad, posibles. Estos ocho destinos son solo el principio: ¡el planeta está lleno de sorpresas esperándote lejos de las multitudes!
