Muchos turistas multados hasta 750 euros por estas gafas de sol prohibidas
¿Pensabas que lo más peligroso de las vacaciones en Mallorca era quemarte con el sol? Pues prepárate para una sorpresa mayúscula porque ahora, comprar unas simples gafas de sol en la playa podría costarte más que la propia estancia. Sí, has leído bien: adquirir recuerdos en la arena puede vaciar tu cartera a velocidad de vértigo…
Unas compras playeras que pueden salir muy caras
Desde el 26 de mayo, la municipalidad de Palma ha decidido que ya basta de “todo vale” en sus playas y calles más animadas. Dentro de un paquete global contra el llamado “sobreturismo” y los excesos propios de una isla tan codiciada como Mallorca, la ciudad aplica reglas de hierro. El objetivo es claro: poner freno a las compras impulsivas en la orilla y proteger tanto al comercio local como el entorno que todos vienen a disfrutar.
La nueva normativa es tajante en la transitada franja costera situada entre Can Pere Antoni y Arenal. ¿Quieres llevarte a casa una gorra, una bolsa de playa o unas gafas de sol adquiridas a uno de esos vendedores ambulantes que parecen multiplicarse con cada rayo de sol? Atento: si te pillan in fraganti, te enfrentas a una multa instantánea de entre 450 y hasta 750 euros, dependiendo del grado de “atrevimiento” mostrado. Sí, por ese llavero de Mallorca que seguro que no acabará en el fondo de un cajón…
¿Por qué tanta dureza? El punto de mira en el mercado negro
Esta norma no surge de la nada; responde a la presencia cada vez mayor de vendedores sin licencia, que abarrotan paseos y playas vendiendo sus productos a quien pase cerca. Y ojo, la sanción no es solo para ellos: los compradores de estos artículos, aunque sean turistas confiados deseosos de encontrar gangas, también están en el punto de mira.
- Comprar a vendedores no autorizados: 450 a 750 euros de multa para los clientes.
- Vender sin licencia: sanción aún más seria, de 750 hasta 1.500 euros según la regulación municipal y el famoso artículo 63.3 del reglamento, consultado por la prensa local.
La policía de Palma, cada vez más activa en Instagram y redes sociales, ha confirmado ya las primeras sanciones a turistas. “La semana pasada, nuestras unidades del distrito Litoral realizaron los primeros avisos a compradores de artículos de vendedores ambulantes ilegales. Esto se realiza en referencia a la nueva ordenanza de Palma”, detallan sin rodeos en redes. El efecto disuasorio es evidente… ¡y el susto en vacaciones, también!
¿Cuántos turistas sancionados? Pregunta sin respuesta (por ahora)
Por el momento, la policía local no ha detallado cuántos turistas (o autóctonos demasiado optimistas) han tenido que rascarse el bolsillo. Tampoco han aclarado si las sanciones afectan solo a visitantes. Pero el mensaje que se quiere enviar desde la alcaldía sí es cristalino: en Palma, la gestión turística ya no se toma a la ligera. La isla, que ha visto crecer el número de visitantes año tras año, muestra así que está dispuesta a marcar límites.
Y por si esto fuera poco, la ciudad ha anunciado otra medida que también busca calmar las aguas (y nunca mejor dicho): la reducción drástica del número de tumbonas. Entre hoy y 2026, el objetivo es disminuirlas un 20%. Por ejemplo, en la popular Platja de Palma se pasará de 6.000 a poco más de 4.400 tumbonas ya el próximo año. Sí, habrá que estar atento si quieres tu trozo de paraíso… y una buena sombra.
No son solo souvenirs: tu presupuesto en juego
Así que, la próxima vez que te ofrezcan la “ganga del verano” en la arena de Mallorca, piénsatelo dos veces. Porque más allá del riesgo de acabar con una falsificación debajo del brazo, lo que realmente puede doler es el golpe a tu presupuesto de vacaciones. Las autoridades insisten: estas medidas llegan para combatir el mercado negro, que daña gravemente a los comercios que cumplen la ley y, de paso, al entorno turístico que todos queremos disfrutar.
Conclusión: antes de dejarte tentar por las gafas de sol de moda o el capricho playero, recuerda que un recuerdo barato puede salirte por un ojo de la cara. Literalmente. ¡Felices (y responsables) vacaciones!
