El pago sin contacto cambia pronto: lo que nadie te había contado hasta ahora
¿Ya tienes el impulso de acercar tu tarjeta al terminal de pago en vez de buscar la ranura como si fuera la entrada secreta de un club exclusivo? Pues prepárate, porque el pago sin contacto va a dar el siguiente salto (y esta vez, de verdad puede que no te lo esperabas). Descubre todo lo que nadie te había contado… ¡hasta ahora!
Del toque sutil al futuro total: la revolución del pago
Lo que hace unos años parecía casi magia, hoy es el hábito: pasar la tarjeta por encima del terminal, sin insertarla, sin PIN, sin apenas fricción. De momento, eso sí, solo para compras menores a 50 euros. Pero (¡redoble de tambores!) este límite tiene los días contados. Se acerca una transformación para que casi todos los pagos—grandes, pequeños y medianos—se hagan sin contacto. ¿Te dará tiempo a acostumbrarte antes del siguiente cambio? ¡Veamos!
¿Por qué cambiar? El lado B de lo «sin contacto»
La comodidad del pago «sin contacto» tiene su truco: por ahora, solo sirve hasta los 50 euros. Cuando encadenas varias compras (porque, seamos sinceros, resistirse es difícil), al sistema le entra la desconfianza y te pide que, por favor, introduzcas el código secreto otra vez. Resultado: la operación se rechaza, toca insertar la tarjeta y sentir, aunque sea un poco, que la magia se ha acabado. Lo mismo ocurre si el importe supera esos 50 euros de tope. Todo esto erosiona la experiencia del cliente, ralentiza las colas y hace que la fluidez se evapore más rápido que una oferta del Black Friday. Era hora de renovar, y aquí llega la nueva técnica: el «PIN Online».
Así funcionará el PIN Online: un pequeño gran cambio
Ahora, para poner el código secreto, hay que insertar físicamente la tarjeta en el lector. Un pequeño ritual que todos dominamos, pero que añade pasos. Con la llegada del PIN Online, esta escena será cosa del pasado. La idea es tan simple que parece mentira que no se haya generalizado antes: pones tu tarjeta sobre el terminal, y si el importe supera los 50 euros, introduces tu código directamente, sin tener que insertar la tarjeta. ¿Las ventajas? La experiencia de compra se estandariza y simplifica, tanto para clientes como para comercios.
- Para pagos de hasta 50 euros: sigue igual, solo el «tap» sin pedir PIN.
- Por encima de 50 euros: también acercas la tarjeta, pero ahora sí teclearás tu código personal de 4 cifras—todo sin meter la tarjeta.
Actualmente, este PIN Online ya se usa como pequeña revolución en los taxis parisinos G7, pero solo si tu tarjeta funciona tanto en la red CB como en Visa o Mastercard.
¿Cuándo llegará a todas partes? Según Nicolas Riegert, el director de PayXpert, aún habrá que esperar entre un año y un año y medio. Hay que adaptar los terminales en los comercios y tener en cuenta toda la parte técnica. Así que, si eres de los que pierde el tiempo buscando la ranura, aún tienes margen para desaprender el gesto.
Sin contacto, un éxito que lo cambia todo
El avance del PIN Online no es casualidad, sino fruto del enorme éxito del pago sin contacto. Incluso con el límite de 50 euros, la mayoría de franceses ya lo prefieren. Según datos del Banco de Francia del primer semestre de 2021, el 57% de las transacciones ya se validaron sin insertar la tarjeta. El impulso definitivo vino con la pandemia: la búsqueda de métodos seguros disparó aún más su uso. Ante este entusiasmo, la red CB ha reaccionado ajustando su normativa y creando un nuevo referente de pago que escucha tanto a la tecnología como a los usuarios.
- El PIN Online destaca por la experiencia mejorada, más simple y homogénea.
- Se incluirán pronto otras novedades: dejar propina con tarjeta y recibir el recibo por email en vez de en papel.
En resumen: el pago sin contacto evoluciona, y pronto será común hasta para compras importantes, haciendo la experiencia mucho más ágil y moderna. Así que la próxima vez que pases tu tarjeta «como por arte de magia», recuerda que en breve ese será el único conjuro de pago que necesitarás. Consejillo: mantente atento, porque en este mundo de las finanzas, el futuro siempre llega antes de lo que crees… ¡y a veces ni pide permiso!
