Caída del gobierno en Francia: Macron bajo presión en la crisis política – La UE mira a París
Tras la caída del gobierno, la presión sobre el presidente francés Macron va en aumento. Crear rápidamente condiciones claras no sólo le conviene. La UE también está preocupada por la situación en París.
París/Bruselas – Después de que el gobierno de centroderecha en Francia fuera derrocado por la oposición, el jefe de Estado Emmanuel Macron rechazó los llamados a dimitir. En un discurso a la población esa tarde, dijo: «El mandato que me habéis confiado democráticamente es un mandato de cinco años y lo cumpliré íntegramente hasta su fin».
«No podemos permitirnos divisiones ni estancamientos», dijo Macron. Designará un nuevo primer ministro «en los próximos días» y le encargará formar un gobierno que represente a todas las fuerzas políticas que estén dispuestas a participar, o al menos se comprometa a no derrocarlas con otro voto de censura.
Nuevos compromisos para Francia
La prioridad será el presupuesto para el próximo año. «A partir de hoy debe comenzar un nuevo período en el que todos deben actuar por Francia y deben construirse nuevos compromisos», afirmó el presidente.
El anterior primer ministro, Michel Barnier, dimitió tras una exitosa moción de censura contra su gobierno de centroderecha. Macron pidió a Barnier que permaneciera temporalmente en el cargo y que su gobierno fuera interino.
Las fuerzas populistas de izquierda y derecha del Parlamento, que derribaron a Barnier el miércoles por la tarde en la disputa sobre un presupuesto de austeridad, ahora apuntan a Macron y hablan de su dimisión y de una elección presidencial anticipada.
La caída del gobierno somete a Macron a una enorme presión
No es sólo la oposición la que acusa a Macron de haber desencadenado, o al menos agravado, la crisis política en Francia con mayorías poco claras en el parlamento con elecciones anticipadas el verano pasado. Macron ahora está bajo una presión cada vez mayor desde dentro de sus propias filas para nombrar lo más rápido posible a un nuevo jefe de gobierno que unirá a los campos divididos en el parlamento para que se pueda aprobar el presupuesto largamente retrasado y se puedan iniciar proyectos importantes.
Mientras tanto, la nacionalista de derecha Marine Le Pen y el viejo izquierdista Jean-Luc Mélenchon son acusados por el bando gubernamental de avivar la crisis política en Francia. Su objetivo es derribar a Macron antes de tiempo para luego poder presentarse a unas elecciones presidenciales anticipadas. Macron no puede volver a presentarse después de dos mandatos.
La salida del presidente a la crisis
Nombrar rápidamente un nuevo primer ministro podría ayudar a Macron a fortalecer su desgastada posición, salvar el mandato que le queda hasta 2027 y frenar los llamados a su renuncia. Cuanto más rápido comience a funcionar un nuevo gobierno, más rápido podría consolidarse la crisis presupuestaria francesa y podría haber señales tranquilizadoras para la economía y los mercados financieros.
¿Qué pasa después?
Macron ya estaba manteniendo conversaciones desde el mediodía para explorar quién podría ser considerado como el futuro primer ministro. No es sólo el perfil del candidato el que tiene que encajar.
Dado el difícil equilibrio de poder en el parlamento, en el que ni la alianza de izquierda ni el campo de Macron ni los nacionalistas de derecha tienen mayoría, el futuro primer ministro debe tener, si es posible, una conexión con todos los bloques del parlamento. Los nombres ya están circulando, sin que inicialmente surja ningún favorito obvio.
El problema presupuestario de París
La carga de la deuda pública en Francia está cada vez más fuera de control y la Comisión de la UE está llevando a cabo procedimientos de déficit excesivo contra Francia debido a una nueva deuda excesiva. El presupuesto de austeridad que destruyó el gobierno de Barnier es una amarga necesidad.
Este año, Francia espera un déficit presupuestario del 6,1 por ciento, muy lejos del límite europeo del tres por ciento.
La situación está frenando la economía francesa
Dado el impasse político en Francia, la confianza de las empresas nacionales y extranjeras se ha visto perturbada. Las inversiones se retrasan y la ubicación de la empresa corre peligro de sufrir daños.
La organización de naciones industrializadas OCDE advirtió que sin un acuerdo presupuestario, el crecimiento económico esperado estaría en riesgo y los ingresos fiscales se reducirían. Barnier advirtió que la inestabilidad política significaría mayores primas de riesgo para los préstamos gubernamentales y miles de millones adicionales en costos para el país.
El impacto en la política de la UE aún no está claro
Aún no está claro cómo afectará el caos en Francia a la política de la UE. Según los diplomáticos en Bruselas, mucho dependerá de lo que suceda en París en las próximas semanas y meses.
Por lo tanto, podría volverse particularmente problemático si la UE tuviera que tomar decisiones que requieran nuevos compromisos financieros por parte de Francia (por ejemplo, para nueva ayuda a Ucrania). Por el momento esto no es específicamente previsible. Sin embargo, el cambio de gobierno en EE.UU. en enero se considera un importante factor de incertidumbre, ya que se plantea la cuestión de si el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, obligará a la UE a asumir más responsabilidades.