“¡600 € por dos mojitos!”: turistas denuncian una estafa indignante en vacaciones
¿Te imaginas saborear un mojito con vista al mar Egeo y, al pedir la cuenta, descubrir que tu cóctel te ha costado casi tanto como el vuelo hasta la isla? A eso se enfrentaron dos turistas estadounidenses en Mykonos: una estafa de vacaciones donde el precio final podría hacerte perder las ganas de pedir incluso un vaso de agua.
Una experiencia que se vuelve amarga… y carísima
De primeras, DK Oyster en la isla griega de Mykonos lo tiene todo para enamorar a cualquier visitante: interior de diseño, terraza frente al legendario mar y una hilera de tumbonas en la arena que, claro, parecen irresistible tras un paseo bajo el sol. Pero como en un cuento griego moderno, la belleza puede ocultar cierto monstruo bajo la superficie… o al menos, una cuenta salada.
La historia comienza en mayo de 2022. Dos turistas estadounidenses, con ganas de relajarse en la playa, fueron abordadas por un «aboyador» (auténtica profesión en destinos turísticos), encargado de captar a los paseantes para que entren en el restaurante. La promesa: acceso a tumbonas si consumen una bebida. Un trueque habitual… en apariencia inocente.
Pero el primer síntoma de alarma llega cuando las turistas piden la carta. “¡El menú soy yo!”, responde alegre (o no tanto) el camarero, según relatan medios griegos y el periódico suizo Le Matin. Sin mucha otra opción, las animan con insistencia a pedir no solo bebidas, sino también algún plato para acompañarlas. Total, ¿qué podía salir mal?
La cuenta: un baño de agua fría… salada y sin hielo
El verdadero susto vino a la hora de pagar: ¡520 € solo por las consumiciones! Y, para hacerlo aún más indigerible, la propia cuenta incluyó un propina obligatoria de 78 €. Cuando vieron semejante cifra, las dos americanas simplemente se negaron a pagar.
Ahí llegó el siguiente acto de este teatro absurdo. El responsable del restaurante apareció y, lejos de tranquilizarlas, supuestamente les lanzó amenazas: llamar a la policía, retenerlas en el local y hasta hacerles pasar una mala experiencia si no pagaban. Finalmente, las dos turistas, sentirse coaccionadas, acabaron abonando el importe denunciando que fue bajo presión.
Un restaurante experto en historias de terror… y en coleccionar quejas
Si crees que es una anécdota aislada, no te confíes: DK Oyster tiene una auténtica colección de críticas negativas en TripAdvisor. Los comentarios de otros clientes, igual de indignados, abundan. Uno de ellos, apenas un mes antes del caso de las estadounidenses, alerta: “¡A evitar!”. Adjunten la factura: 118 € por dos cócteles. Otro relata haber tenido que desembolsar una suma desproporcionada, tras pedir bebidas sin poder consultar una carta visible. Si pides la cuenta sin preguntar el precio, ve preparando la cartera… o el seguro de viaje.
¿El truco? Según denuncian internautas, varias artimañas:
- Precios indicados por 100 gramos en vez del kilo, como es habitual en Grecia
- Menús sin precios visibles
- Intimidación tras entregar la temida cuenta
Ya existe hasta una web dedicada a desenmascarar los métodos de los propietarios del restaurante. Allí, recopilan las mejores (o peores) estrategias del local para exprimir el bolsillo del turista más despistado.
Y por si faltaba ingenio al escándalo, según los creadores de esta web, los responsables del establecimiento hasta habrían reutilizado los teléfonos de sus clientes que se conectan al wifi del local, todo para subirse puntuaciones favorables en TripAdvisor. ¡Menuda innovación tecnológica al servicio… del engaño!
Intervención oficial: ¿fin de las vacaciones estafadas?
La historia de las dos estadounidenses, aunque amarga, ha servido para agitar bien el mojito —y la conciencia turística. Porque, tras salir a la luz pública el caso, el Ministerio de Turismo de Grecia lanzó una auditoría al local el 3 de junio, según informó el medio griego ΘEMA.
El resultado: los propietarios fueron multados y el local quedó bajo control y auditorías continuas para toda la temporada turística. Una pequeña victoria para viajeros y amantes de la justicia low cost.
En conclusión: si visitas Mykonos, disfruta de sus playas, su historia y su gente… pero pregunta los precios antes de levantar el vaso. Puede que el sol griego sea gratis, pero hay que vigilar que el mojito no te salga por un ojo de la cara… ¡o por dos!
